Siguiendo la carretera que une Posada con Caín, continuaremos disfrutando del paisaje al tiempo que descubriremos nuevos atractivos y muchos otros recónditos tesoros.
Conocerás los hórreos de Valdeón, una colección de 80 construcciones declaradas Bien de Interés Cultural que se encuentran repartidos por los 8 pueblos que conforman el Valle. Se utilizaban en la antigüedad para almacenar las cosechas y protegerlas de las inclemencias del tiempo y de los animales y son en la actualidad fiel reflejo de la cultura popular y la arquitectura tradicional.
Nos encontraremos con el Mirador del Tombo, erigido en 1964 en honor de Julián Delgado Úbeda. Enclave emblemático del Valle de Valdeón, desde su plataforma a 830 metros de altitud podemos disfrutar de unas increíbles vistas del Macizo Central y Occidental de Picos de Europa y consultar sobre una placa metálica. la orografía montañosa que tenemos ante nuestros ojos. Todo ello, bajo la imponente figura del rebeco que corona icónico pilar de piedra del mirador.
Siguiendo el antiguo camino que unía los pueblos de arriba con Caín, alcanzamos la entrada de la Vía Ferrata. Fue inaugurada en Julio de 2016, y es la primera instalación de este estilo ubicada dentro del Parque Nacional. Clasificada según la escala Hüsler como K4 - dificultad alta - en alguno de sus tramos, la Vía Ferrata permite al visitante caminar sobre el Río Cares por su puente tibetano, o disfrutar de unas vistas incomparables como las ofrecidas desde el Pico del Castro o la Aguja Mari Carmen. Una experiencia única vista desde un prisma con 1200 metros de longitud y sus 350 metros de desnivel acumulado.
Descubriremos escondida entre los tupidos hayedos la Ermita de Corona, donde descansa la Virgen del mismo nombre que es patrona del Valle de Valdeón. Según dicta la historia, los valdeoneses rogaron la intercesión de la Virgen y ésta, tras escuchar sus súplicas, trajo la lluvia para paliar una extenuante sequia. Por ello, cada 8 de septiembre se celebra una romería que reúne a todo el Valle en torno a su patrona. Pero no termina aquí su curiosa historia. Otra épica leyenda cuenta como Pelayo fue levantado sobre su escudo y coronado como Rey en el mismo Monte de Corona (de ahí su nombre); desde allí, encabezó la lucha para expulsar a los pueblos invasores, iniciándose allí el movimiento histórico conocido como La Reconquista.
Cerca de la Ermita, podemos visitar el Chorco de los Lobos. Una empalizada trampa construida en la ladera del Monte de Corona para luchar contra el lobo y evitar los ataques del depredador contra la cabaña ganadera. Los pastores atraían al lobo hacia la empalizada y a modo de embudo, lo conducían hacia un pozo del que no podía escapar.
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